martes, 8 de febrero de 2011

Los celos: Ese oscuro recoveco del ego.

01 - Yo te quiero.
02 - Y como te quiero, te deseo.
03 - Y como te deseo, te quiero solo para mi.
04 - Y como te quiero solo para mi, empiezo a temer a los demas.
05 - Y como empiezo a temer a los demas, te acaparo.
06 - Y como te acaparo, te exijo.
07 - Y como te exijo, te mosqueas.
08 - Y como te mosqueas, te reprocho.
09 - Y como te reprocho, te hago dudar.
10 - Y como te hago dudar, sientes que yo no te quiero.
11 - Y como yo te quiero, y confio en ti, no entiendo porque hemos llegado hasta aqui...

(Suspiro)

Los celos...

¿Por qué ha de acompañarnos sentimiento tan impuro y tan profano?
¿Por qué el amor, ha de venir de la mano de la duda y el desamparo?
¿Por qué?
¿Por qué, vida mia, elijo sufrir aciago tormento?
¿Por qué elijo embriagarme de la duda y el lamento, por un sentimiento irreal?
¿Por qué dejo que un pensamiento, que tortura cruelmente tu amor y tu fidelidad, haciendome cabalgar entre dolor y penumbra, gobierne mi soledad?
¿Por qué?
¿Por qué? Si sabiendo que es tu amor, es el unico capaz de hacer navegar, a este indolente y solitario navio que es mi inconsciente, hacia la felicidad... ¿Por qué entonces, elijo dudar?
¿Por qué?

(Suspiro)

Dudamos...
Ya lo creo que dudamos...
Aunque realmente no es "duda" hacia nuestra pareja, sino "duda" hacia nosotros mismos...
Esa duda existencial que dice, que no somos capaces de llenar todos los recovecos fisicos y espirituales que nuestra pareja exije... La duda de que no lograremos satisfacer en todos los aspectos a esa persona, que tanto queremos, y a la que tanto deseamos complacer... Tanto, tanto, que a veces nos hace replantearnos si realmente somos merecedores siquiera de tener la posibilidad de intentarlo... Es decir, de tener la posibilidad de tratar de aportar a esa persona tan increible, tan magica, tan perfecta, lo que se merece en esta vida...

Y ante esa horrible duda, aparecen los fantasmas..

No queremos, pero al dudar tanto de nuestras posibilidades, aparecen en nuestra mente esos fantasmas...
Fantasmas que, cual monstruosas sirenas, susurran en nuestros oidos dulces cantinelas, que se convierten a su vez en amargas, amargas y crudas voces que no paran de desanimarnos... Malditas ellas, malditas voces....
Como nos conocen...
Como nos hacen dudar de nosotros mismos...
Como logran infravalorar nuestras posibilidades, nuestras virtudes, nuestras especialidades y nuestros logros...
Para ellas, para esas amargas voces, nuestras victorias nunca seran suficientes...

Y sin embargo para nuestra pareja,
para la persona a la que realmente buscamos agradar,
para nuestro pedacito de cielo en esta tierra,
no es que sean insuficientes, no, ni mucho menos...
Son sobresalientes...

Son las victorias que, a sus ojos, nos hacen diferentes del resto de mortales...
Son las victorias que han hecho que detuviesen su mundo para fijarse en nosotr@s...

Asi pues:

"Oh, errante ejercito de imperfectos soñadores,
dudosos todos de nuestros logros y capacidades...
Fuimos temerosos de que, las cuales,
no fuesen las deseadas por aquellos a los que tanto amamos...
Mas yo os digo, que no debe existir el temor en nuestro ego,
porque fuimos todos bendecidos por los besos y las caricias de nuestras divinidades terrenales...
Cabalguemos pues, hermanos, entre los brazos de nuestros amados...
No permitamos que las dudas desdibujen la silueta de la persona a quien amamos,
no, por favor...
No dejemos que los celos destruyan el amor por el que tanto luchamos..."

Yo no pienso hacerlo...

Laura, mi amor, te quiero...

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